sábado, 6 de diciembre de 2008

Regadío y Medio Ambiente


Por: Guillermo Castañón Lyon-Dr. Ingeniero Agrónomo, Profesor Titular UPM. Asociación de Agrónomos

(Artículo perteneciente al Libro "XXX Aniversario del CIDES")

La sensibilidad medio ambiental se está desarrollando cada vez más, al imponerse, en una sociedad demasiado mercantilista, el concepto de Desarrollo Sostenible, de todos conocido.

Es evidente que el agricultor, en general y el de regadío en particular, es el principal interesado en la conservación y mejora del medio natural, pues vive en él y de él obtiene su medio de vida. Además, sus descendientes necesitarán heredar unos campos en condiciones óptimas para poder continuar su actividad rentablemente.

En lo que se refiere a la agricultura, la preocupación medioambiental empieza a tenerse verdaderamente en cuenta con la entrada de España en la CE en 1986. Un año antes se había publicado el informe “Perspectivas de la PAC”, más conocido como el libro verde, en el que se refleja la preocupación medioambiental.

Problemática medioambiental.

Por estas razones es necesario conocer mejor las relaciones entre la agricultura de regadío y el Medio Ambiente, a partir de datos técnicamente fiables y correctos. Por desgracia, determinados grupos, poco documentados o con intereses partidistas, consideran que el regadío, entre otros inconvenientes como puede ser el despilfarro del agua, solo genera impactos ambientales negativos. Y dan mucha publicidad a estas erróneas ideas.

Debemos, como dice José Abellán, coordinador del Plan nacional de regadíos, en su trabajo” Las externalidades del regadío y la sociedad (2002) “Proponer alguna medida para intentar cambiar el sesgo de los acontecimientos y tratar de revertir la opinión social sobre el regadío, de tanta importancia para nuestro sistema agroalimentario.”

En lo referente a los problemas medio ambientales, mala gestión del agua y contaminación, la agricultura no debe ser considerada más culpable que otros medios. Todos conocemos la contaminación de muchas importantes industrias, que deterioran mucho más el medio ambiente, sin que, hasta el momento, sean tan acusadas, como la agricultura. En su dictamen sobre medio ambiente y agricultura 89/C 298/11, el Comité Económico y Social Europeo recuerda que “Los agricultores no deben tenerse a priori como los primeros, ni con mayor motivo, los únicos responsables de la desestabilización y del deterioro del entorno natural.”

Considerando el primer punto, hay que puntualizar que el riego no consume sino que usa el agua, pues casi la práctica totalidad es evapotranspirada. Las condiciones climáticas españolas hacen que las necesidades de los cultivos sean mayores que en otras zonas europeas, lo que obliga a utilizar mayores cantidades hídricas y aumenta los costes de producción de los cultivos de regadío. Los regantes, a través de remodelaciones y modernizaciones de amplias zonas regables y utilización de nuevas tecnologías, están realizando ingentes esfuerzos para reducir los volúmenes necesarios para el riego. Y dichos esfuerzos repercuten en la mejora del Medio Ambiente, al aumentar los recursos disponibles para otros usos.

La gestión del agua debe pasar de ser una gestión de infraestructuras que, también deben ser mejoradas, a ser una gestión de la demanda, debido a las pequeñas disponibilidades hídricas existentes que, además, deben aumentarse. Para lograrlo es necesaria la labor de técnicos bien formados y reciclados, consiguiendo un ahorro de agua mediante unas programaciones, seguimientos y evaluaciones, que aseguren un buen manejo de los riegos, acordes con las necesidades reales de los cultivos.

En cuanto al segundo punto, al regadío se le acusa, sobre todo, de ser potencialmente contaminador de suelos y aguas. El principal efecto es la contaminación difusa, debida al uso de productos fertilizantes y fitosanitarios.

La respuesta es fácil: la adición de fertilizantes no produce contaminación, que es causada por un uso inadecuado. Además el propio regante es el primer interesado en disminuir las pérdidas de nutrientes, lo que rebajará los costes de producción.

La contaminación más grave, en general, es debida a los nitratos y, para evitarla, se han promulgado diferentes leyes, siendo la más importante la Directiva 91/676 del Consejo de Europa relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos en la agricultura. España, como estado miembro, ha promulgado el Real Decreto 261/1996 de 16 de febrero, sobre protección de aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias.

Perspectivas de futuro.

No podemos olvidar que es necesario alimentar a una mayor población, por lo que es imprescindible aumentar la productividad agrícola. Si solo se utilizasen abonos orgánicos, preconizados por ciertos grupos, únicamente se podrían alimentar a unos 4000 millones de personas de los más de 6300 millones de seres humanos actuales. Por otro lado, como la especie humana crece de manera exponencial, para el año 2030 la FAO ha anunciado la necesidad de aumentar al menos 30% la superficie mundial de regadío, principalmente en Asia y África, si se quiere alimentar a toda la población.

Además, se debe tener en cuenta que, con la nueva globalización del comercio mundial, disminuyendo las medidas proteccionistas, en muchas zonas áridas del mundo, entre ellas España, la agricultura será de regadío o desaparecerá, con la inevitable desertificación.

En 1991, la Comisión Europea publica 2 informes sobre “Evolución y futuro de la PAC” en los que se dice: “Es necesario mantener un número suficiente de agricultores en las tierras. Esta es la única forma de preservar el medio ambiente....”.

En el año 2004, la Comisión Internacional de Riegos y Drenajes proclamaba: “El riego jugará un papel mayor y más fiable que en el pasado para cubrir las futuras demandas de alimentos. El objetivo deberá ser lograr “Producir más Alimentos con menos Gotas”- Esto será posible con los avances de la tecnología, la modernización, la mejor gestión del riego y, donde sea de aplicación, del drenaje.”

“El mayor reto para los profesionales que trabajan en el campo del riego, el drenaje y el control de inundaciones, reside en su capacidad para proyectar, explotar y mantener una nueva generación de métodos eficientes de gestión del agua, al tiempo que mantienen los ecosistemas y el medio ambiente.”

Las nuevas tecnologías, como el fertirriego con control absoluto de las cantidades a aplicar, son pasos importantísimos para evitar dicha contaminación. Además, al poder utilizarlo también para tratamientos fitosanitarios, el pequeño riesgo de contaminación que pueda existir, con estos productos, es cada vez menor, ya que se están produciendo plaguicidas cada vez más degradables y con menores efectos residuales. Todo esto se recoge en la Directiva 91/414/, modificada por la 92/47 CE.

Además de las directivas ya citadas, se está poniendo especial interés en la IPPC de control integrado de la contaminación (Directiva 91/61 CE de fecha 24 de septiembre de 1996), el tratamiento de aguas residuales urbanas (Directiva 91/271 CE de fecha 21 de mayo de 1991) y, en España, el RD 1620/2007, sobre reutilización de aguas regeneradas, permitirá aumentar las disponibilidades hídricas.

En cuestiones de conservación, hay un dicho que se está imponiendo “El que contamine, pague.” Parece justo, también, que el que desee evitar daños medioambientales reciba una ayuda para hacerlo, ya que se beneficia a la Comunidad. Por desgracia el regadío no ha contado con las mismas ayudas que otras actividades. Además parece lógico que al agricultor en general se le reconozca sus actividades para disminuir la contaminación, incluso que sea retribuido, como al utilizar aguas no aptas para otros usos, como en el caso de aguas residuales.

Impactos positivos del regadío.

Además del ya citado uso de aguas residuales, el regadío provoca otros impactos, o externalidades positivas para el medio ambiente. En general son bien conocidos por los técnicos y que vamos a recordar brevemente.

- Los cultivos de regadío son importantes sumideros de CO2. En consecuencia, ayudan a disminuir el llamado efecto invernadero, que es uno de los principales problemas medioambientales actuales. Según recientes estudios se puede decir que la cantidad anual de CO2 fijada por un cultivo de regadío es el doble que la que fijaría un bosque templado de nuestra s zonas y cuatro veces más que la un cultivo de secano.

- Estos mismos cultivos son una fuente importante de oxígeno a través de la evapotranspiración de las plantas.

- Mejoran el paisaje rural, al poder variar el tipo de vegetación, su densidad y distribución espacial, el colorido de la misma, contribuyendo a producir cambios visuales sobre los uniformes de los cultivos de secano. Por esta misma causa aumenta la biodiversidad de los ecosistemas agrarios, mucho más variados que los monocultivos tradicionales de regiones áridas

- El regadío eleva el nivel y la calidad de vida de la población, al aumentar la oferta de productos agrícolas. Al mismo tiempo produce unos efectos económicos importantes, a través de las industrias agroalimentarias, que son un factor de gran importancia, por no decir primordial, en el punto siguiente

- Finalmente se debe hacer especial mención de la misión del regadío en el desarrollo rural, evitando la emigración de la población hacia centros urbanos. Durante las dos últimas décadas se han abandonado más de 2 millones de hectáreas de tierras de cultivo de secano, al no ser rentable su explotación, provocando un abandono del medio rural de muchos agricultores. En gran parte de dichas áreas se corre el riesgo de erosión edáfica, al dejar de estar cubierto el suelo por la cubierta agrícola. No debemos olvidar que España es considerada por la ONU como la nación europea con mayor riesgo de dicha erosión. En nuestro país existen más de 1 millón de hectáreas que pueden considerarse desierto y más de 5 millones que corren el riesgo de desertización en breve plazo.

Una posible solución sería la reconversión de dichas tierras hacia la producción de cultivos agroenergéticos, produciendo etanol o biodiesel. Hay que tener en cuenta que 1kilo de gasoil tiene menos energía que 3 kilos de paja o residuos agrícolas. En la actualidad existe un grave problema con el exceso de emisión de CO2 y se están empezando a hacer importantes esfuerzos para reemplazar los combustibles fósiles, por otras fuentes, renovables y mucho menos contaminantes.

Como conclusión, debe quedar claro que la mejora y modernización de los regadíos, buscando su sostenibilidad, no es solo cuestión de grandes obras de hormigón, que se venden muy bien y que, sobre todo, es imprescindible conservar en buen estado. Estas deben ir acompañadas por el trabajo de campo de muchos técnicos bien formados y reciclados, buscando la mayor eficiencia en el uso del agua en parcela. Para lograr este fin, las autoridades competentes deben adoptar las pertinentes medidas, principalmente económicas.

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