jueves, 15 de octubre de 2009

El día de la accion bloguera por el Cambio climático del PSOE

Hoy, 15 de octubre de 2009, Carlos Hidalgo Parra, miembro del PSOE, me ha invitado, como administrador de este blog a participar, junto con otros 30 blogueros presenciales y unos cuantos más virtuales, a participar en una reflexión colectiva sobre el cambio climático.

Allí estuve, con mi cuaderno de notas y mi voluntad de entender mejor a los actores y sus móviles. La reunión tenía lugar después de la cita de Bangkok y antes de la de Copenhague, en la que la presidencia española de la UE, que se asumirá el 1 de enero próximo tiene grandes esperanzas.

Ayer mismo tuve ocasión de escuchar a Alicia Montalvo , directora general en el Ministerio de Ambiente, un ilustrativo resumen sobre el desarrollo de los acontecimientos en Bangkok. Fue en la sede del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid.

Las perspectivas de llegar a un acuerdo son pesimistas. La falta de un compromiso político global, ante la ausencia de un liderazgo mundial, pesa mucho más que las elucubraciones de naturaleza voluntarista.

Los países emergentes hacen valer sus posiciones, que se basan en la necesidad de apoyar su desarrollo utilizando su parte aún intocada de naturaleza. Esto es, quieren contaminar más, alcanzando cuotas similares a las de los países desarrollados y, en caso de que no fuera así, pretenden que se les compense económicamente.

La posición de la Unión Europea, después de las amargas enseñanzas de Kioto, cuyos acuerdos solo fueron suscritos po los países responsables de apenas un 25% de la contaminación por gas con efecto invernadero, es la de seguir dando ejemplo, restringiendo sus emisiones.

Sin embargo, la inmediatez de los plazos para encontrar una solución al calentamiento global (se está más o menos de acuerdo en que el plazo de no retorno para conseguir una reducción general de, al menos el 20% de las emisiones mundiales termina en 2020), obliga a plantearse, si se quiere ser coherente, por el sentido de un sacificio que no solucionará la catástrofe general que se ha pronosticado.

Los representantes del Gobierno socialista en la reunión expusieron, una vez más, su ideario ecologista. Los asistentes -las voces que más se escucharon fueron las de Ecologistas en Acción, GreenPeace y otras ONGs involucradas en la defensa a ultranza de las tecnologías verdes- defendieron con ardor medidas más estrictas.

Hugo Morán, (brillante orador, asturiano de la cuenca minera, de la que parece haber desertado y estudiante de derecho en vocación frustrada en el altar de la militancia), en línea con los ideólogos de la Fundación Ideas, expuso que la firme voluntad del gobierno socialista es alcanzar un 100% de producción de energía primaria con base exclusivamente en las energías alternativas.

Su posición fue, por supuesto, secundanda por María González Veracruz y Elena Valenciano, los otros dos intervinientes en el panel de representantes del Gobierno, que mantuvieron, en especial la primera, un tono discursivo algo más bajo.

Nos parece que el debate carece de contenido técnico y económico real. Todos somos, por supuesto, ecologistas teóricos. A todos nos gustaría vivir en un mundo idílico en el que se respetara la naturaleza y primara la solidaridad sobre el egoísmo y el despilfarro de recursos.

Me limité, en un foro tan exigüo en contenidos, a exponer la preocupación por el coste de las medidas para España, y la falta de una visión de conjunto, responsable, en la que se analizara cuánto supondrá, en pérdida de empleo y actividad, asumir un propósito que convierte a España en víctima y no en protagonista.

Esto será así porque no tenemos la tecnología adecuada, ni los medios -económicos y de personal- para abordar medidas que restringirán nuestra competitividad internacional y causarán más paro, cierre de empresas afectadas definitivamente por el aumento de los costes y, a la postre, solo conducirán a alejarnos del desarrollo de los países cabecera de la Unión Europea, Alemania y Francia, con posiciones mucho más pragmáticas, egoístas y contrastadas.

En el ardor ecologista de la reunión, mis reflexiones cayeron en saco roto. Los técnicos españoles tenemos muy poco que decir, por ahora. Mejor dicho, tenemos mucho que decir, pero no se nos escucha. ¿Por qué? ¿Se nos tiene por incompetentes? ¿Se nos desprecia por estimar que defendemos posiciones ideológicas de la derecha o los intereses de las empresas eléctricas?

Los ingenieros no somos nuclearistas a ultranza. Hemos contribuído decisivamente, como colectivo, al desarrollo de las energías alternativas. Hemos apoyado la coherencia del informe del Consejo de Seguridad Nuclear sobre Garoña. Defendemos el uso equilibrado de un mux energético que incluya todas las opciones y nos permita proseguir con el desarrollo alcanzado y a un coste asumible. Tenemos plena sensibilidad respecto a la necesidad de mantener el empleo y generar nuevos recursos productivos. Sabemos cómo hacerlo, obviamente, en estrecha colaboración con todos los demás agentes sociales.

¿Se tiene miedo a razonar, analizando libremente pros y contras y, sobre todo, estudiando, en este juego mundial de estrategias, las cartas que no muestran los países dominantes de esta aldea global en la que ocupamos -desgraciadamente- una tienda de campaña?

Por Angel Arias, Dr. Ingeniero de Minas y abogado http://alsocaire.blogia.com/ y http://amarias.blogia.com/

1 comentario:

Impulso Verde dijo...

Sumaté al manifiesto: Deja el carbón en el suelo. Y difúndeló
Gracias
http://calentamientoglobalclima.org/2009/10/15/deja-el-carbon-en-el-suelo-sumate-al-manifiesto/