(Contribución al Libro virtual, XXX Aniversario del CIDES, realizada por Antonio García Álvarez, Dr. Ingeniero de Montes, de la Asociación de Ingenieros de Montes)
En sentido literal, el término biomasa comprende todo el material biológico que se produce mediante el proceso de fotosíntesis en el reino vegetal.
En el ámbito forestal estarían incluidos en esta definición, tanto la madera con destino a tablas, tablones, postes, etc., como los troncos y ramas de pequeñas dimensiones, dedicados a pasta de celulosa y papel y a fabricación de tableros, o las leñas, dedicadas tradicionalmente a generar energía.
En la actualidad el término biomasa forestal se viene utilizando para designar los productos forestales de pequeñas dimensiones que se destinan a recurso energético.
En este marco, la biomasa forestal se puede clasificar como sigue:
- Residuos forestales: Troncos y ramas de pequeñas dimensiones que se generan en las labores selvicolas y en las cortas.
- Residuos de industrias forestales: Costeros, serrín, cortezas y virutas.
- Cultivos forestales energéticos: Cultivos de especies forestales que se cortan con pequeñas dimensiones.
Como es sabido, tanto a nivel de la Unión Europea, como de los diferentes Estados miembros, se están aplicando medidas para impulsar la generación de energía de fuentes renovables.
En lo que a España se refiere, está en vigor el Plan de Energías Renovables (PER)-2005-2010, en el que se prevé que en el año 2010 el 12,1 por 100 del consumo de energía primaria sea abastecido por fuentes renovables.
A lo largo de estos años de ejecución del Plan algunas fuentes renovables, como la eólica, han crecido por encima de las previsiones. Otras fuentes, como la biomasa, ha avanzado por debajo de ellas.
Para impulsar la utilización de la biomasa en la generación de energía, el Gobierno creó en 2004 la Comisión Interministerial para el aprovechamiento energético de la biomasa, con funciones de estudio, fomento y promoción de proyectos.
En el ámbito forestal, y en lo que se refiere a la biomasa de residuos forestales se puede indicar que la Ley 43/2003, de Montes establecía en la Disposición Adicional Cuarta “El Gobierno elaborará, en colaboración con las comunidades autónomas, una estrategia para el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal residual...”.
En desarrollo de esta disposición, la Administración dispone ya de un “Proyecto de estrategia para el desarrollo del uso energético de la biomasa forestal residual”.
La puesta en valor de la biomasa forestal residual, lo que supone transformar los residuos en recursos, reporta a los bosques importantes beneficios. Permitirá la realización de los trabajos selvicolas necesarios para llevar las masas forestales a su madurez en estado adecuado, al mismo tiempo que incidirá favorablemente en la prevención de incendios y plagas.
La utilización de la biomasa forestal residual con fines energéticos cuenta, no obstante, en la generación del recurso, con las siguientes barreras:
- Disponibilidad del recurso en cantidad, calidad y precio.
- Existencia, en algunos casos de un uso alternativo.
- Ausencia de pretratamientos de adecuación del recurso.
En el ámbito de los residuos de industrias forestales se han desarrollado ya, en
España, algunos proyectos de generación de energía térmica para consumo doméstico y en edificios de uso común.
Para su expansión, existen también algunas barreras, en la fase de producción, tales como:
- Disponibilidad limitada del recurso.
- Ausencia de pretratamientos de adecuación del recurso.
La utilización de cultivos forestales para la obtención de biomasa con fines energéticos es un campo prometedor.
Se utilizan para ello especies forestales de crecimiento rápido, tales como chopos, salix, paulonia, olmo, etc.
Se hacen plantaciones del orden de 1.600 píes/ha, con cortes cada 2/3 años y con 4/5 rebrotes de cepa.
Existen ya cultivos de chopo con estos fines y varios proyectos experimentales con paulonia y otras especies.
Aquí existen, también, barreras que dificultan el desarrollo del sector, que en la fase de producción son:
- Necesidad de un marco legislativo y de ayudas.
- Altos costes de producción.
- Necesidad de experimentación y demostración.
Además, comunes a los 3 bloques de producción de biomasa forestal, existen barreras en las fases de comercialización y de transformación energética.
En concreto, se pueden indicar, entre otras, las siguientes:
- Inexistencia de un mercado desarrollado de logística de biomasa.
- Competencia con otros combustibles.
- Falta de reglamentación para el uso de la biomasa térmica doméstica.
- Necesidad de un tamaño mínimo para alcanzar el umbral de rentabilidad en la generación eléctrica.
La extensión de la utilización energética de la biomasa forestal requiere, por tanto, una serie de medidas para eliminar las barreras existentes, o al menos para mitigar sus efectos.
Estas medidas, algunas de las cuales ya se están aplicando, tienen que ir dirigidas a las diferentes fases del proceso, desde la producción de la biomasa hasta la generación de le energía. Se pueden enumerar las siguientes:
-Desarrollo de una logística del recurso para su uso energético.
-Establecimiento de ayudas a la adquisición de maquinaria de recogida, transporte y tratamiento.
-Mejora de la mecanización de la recogida de cultivos energéticos.
-Establecimiento de contratos tipo para la adquisición de biomasa.
-Ayudas a la compra de equipos para uso doméstico de biomasa.
-Desarrollo de reglamentación sobre instalación de biomasa térmica en los edificios.
-Apoyo a la tecnología de co-combustión de carbón y biomasa.
Podemos concluir diciendo que hay unas perspectivas esperanzadoras para la biomasa forestal como recurso energético; pero que queda un largo camino por recorrer.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Perspectivas de la biomasa forestal como recurso energético
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